Que el producto sea verde, no quiere decir que sea sostenible.
En ocasiones, confundimos la sostenibilidad con aspectos ecológicos tales como el bajo consumo de energía y la utilización de materiales reciclados. Sin embargo, su alcance va mucho más allá. El concepto de sostenibilidad abarca tres elementos fundamentales: el desarrollo social, la protección ambiental y el crecimiento económico.
el propósito de la creación de productos sostenibles es mejorar la calidad de vida, la salud y la educación. Uno de los principios del diseño industrial consiste en elevar la calidad de vida a través del desarrollo de productos que faciliten acciones o generen confort. Ejemplos de ello se observan en objetos cotidianos, como la silla de ruedas todo terreno diseñada para cruzar por caminos con obstáculos, en donde una silla de ruedas normal, difícilmente pasaría.
La silla de ruedas “Leveraged Freedom Chair” es un buen ejemplo de producto que aborda este enfoque.
Es crucial comprender que la naturaleza nos brinda recursos limitados, lo que demanda una cuidadosa selección de materiales y una optimización en su uso. Reducir el consumo de energía no solo implica electricidad, sino también en transporte, almacenamiento y el ciclo completo de vida, desde la obtención de la materia prima hasta la disposición final. Un caso interesante es la estrategia de empaques utilizada por la marca de cosméticos Lush, que emplea envases reciclables y reutilizables, o incluso prescinde de ellos en algunos casos.
En cuanto al aspecto económico, la sostenibilidad implica no solo generar beneficios para la empresa, sino también involucrar a actores externos y promover un comercio justo. Esto garantiza que el impacto económico no solo beneficie a la empresa o al consumidor, sino que también tenga un impacto positivo en la sociedad en general. Lush, por ejemplo, ha optado por una filosofía transparente al pagar precios justos por insumos y mano de obra, eliminando intermediarios y colaborando directamente con los productores.
La filosofía de Lush ejemplifica este enfoque económico sostenible.
En 2015, la ONU estableció 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible a cumplir para 2030. Estos objetivos, acordados con líderes mundiales, contienen metas específicas que requieren la colaboración de gobiernos, empresas y la sociedad civil.
Aunque llevar una vida completamente sostenible puede ser un desafío, existen soluciones disponibles para la mayoría de los productos que consumimos. Es importante fomentar como empresarios, emprendedores y consumidores, el desarrollo de productos basados en la sostenibilidad.
Al desarrollar o renovar productos, empaques, oficinas, etc., es recomendable considerar los tres pilares de la sostenibilidad y los 17 objetivos de la ONU. Esta perspectiva puede guiar hacia soluciones que impacten positivamente en múltiples aspectos.
Un ejemplo de proyecto que encarna estos principios es “KUKU“, una casa nido para aves. Esta innovación no solo contribuye a la conservación y reproducción de las aves, sino que también se fabrica con materiales eco-amigables y mediante mano de obra artesanal. En consecuencia, KUKU aporta positivamente a los tres pilares de la sostenibilidad y se alinea con varios de los objetivos de la ONU.
La sostenibilidad en los productos trasciende la mera consideración ecológica y se extiende hacia el desarrollo social, la protección ambiental y el crecimiento económico. Al adoptar este enfoque integral, no solo creamos productos más amigables con el medio ambiente, sino que también contribuimos a mejorar la calidad de vida de las personas y a promover un comercio justo y transparente. La sinergia entre estos tres pilares y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU nos brinda una guía sólida para la creación de soluciones innovadoras y responsables. Al fomentar la conciencia y la adopción de prácticas sostenibles, no solo estamos forjando un camino hacia un mundo mejor, sino que también estamos dejando una huella duradera para las generaciones venideras.