Cualquier producto o empaque diseñado bajo un concepto fuerte, diferenciado y simplificado, permitirá qué su tiempo de vida pueda ser más largo e incluso podría llegar a ser un ícono del futuro. Y aunque esto depende muchos factores, un buen diseño puede ser la clave para que tu producto trascienda.
El envase del perfume CHANEL N°5 fue diseñado por Gabrielle “Coco” Chanel ella misma. Ella quería un frasco que fuera simple, elegante y atemporal, y lo logró con el icónico frasco de vidrio transparente con las letras negras sin serif. El frasco está inspirado en las líneas rectangulares biseladas de los frascos de tocador Charvet, que eran los favoritos de su amante, Arthur “Boy” Capel.
El frasco ha permanecido prácticamente sin cambios desde su introducción en 1921, y se ha convertido en uno de los frascos de perfume más reconocibles del mundo. Es un verdadero testimonio del genio del diseño de Coco Chanel, y es una parte esencial de la identidad de la marca Chanel.
La diferenciación fué parte de su éxito, pues el frasco está hecho de vidrio transparente y con una línea simple, pues la mayoría de los frascos de perfume estaban hechos de vidrio opaco o cristal y con formas bastante complejas.
Andy Warhol y otros artistas reconocidos usaron el Chanel N°5 como inspiración para sus obras.
Es coleccionable, y algunas versiones raras pueden venderse por miles de dólares.
Es atemporal, pues sus líneas bastante simplificadas y muy de acuerdo al concepto del perfume y la marca. Por lo que a pesar de más de 100 años de historia sigue siendo vigente e icónico.
Si bien, muy pocos productos llegan a ser tan relevantes en la historia, la diferenciación puede ser un común denominador entre muchos de estos.